lunes, 17 de enero de 2022

Capitulo 7: Un sueño hecho realidad

-¿Stazman que haces?- réplica el jefe de la relojería al ver que Alan deja su puesto de trabajo, toma su chaqueta y sale con prisa con una mirada sería.
-es hora- pensaba Alan mientras caminaba hacia la calle donde encuentra un taxi estacionado, al montarse el taxista lo mira y le dice -disculpe pero no estoy trabajando, debo llevar el auto al mecánico-
-perfecto, lleveme a su destino. Solo conduzca que quiero pensar- réplica Alan mientras se acomoda en la parte trasera del taxi y contempla el mundo a través de la ventana, había empezado a llover...
El taxista acostumbrado a las excentricidades de su público lo lleva y el dinero extra no caía mal.
El taxista conduce por toda la ciudad hacia su destino y se percata a Robert trotando por la  acera como si el clima no le importase, el taxi sólo sigue de largo y cruza un par de cuadras adelante. Cuando llegan al taller de mecánica Alan se baja y empieza a caminar algo desconcertado buscando el rumbo y recuerda el sueño -pintura fresca que cae sobre la carretera...- queda sorprendido al ver que a lo lejos un elevado que cruza una de las avenidas principales esta totalmente graffiteado, eso no estaba antes -eso es nuevo- pensaba mientras apresuró el paso hacia el elevado.
Al estar estar arriba no nota a nadie, parecía que la lluvia había espantado a la gente de las calles. Se encontraba sólo tratando de hayan sentido a su travesía -¿que es lo que me esta faltando?¿que no estoy viendo?- se decía a sí mismo repetidamente caminando en círculos cuando escucha un golpe metálico y un quejido. Empezó a ver a los costados del elevado cuando nota a un adolescente colgando de la parte baja de la estructura metálica,  era el grafitero que mientras hacia de las suyas se habia resbalado quedando colgado en vías a caer hacia la avenida, una caída de 20 metros. La lluvia lo habría tomado por sorpresa.
Ya a punto de caer, Alan trata de llegar a él. El grafitero había buscado el sitio más rebuscado para plasmar su obra y se le hacía difícil a Alan luchar contra el vértigo, el tiempo y lo resbaloso del metal pudiendo llegar y tomarlo del brazo antes de que el grafitero se soltase cuando él mismo se ve atrapado por el peso del muchacho y la falta de fuerza para poder subirlo. A pocos kilómetros un camión contenedor se acerca velozmente.
-ok, esto no lo había calculado, ¿y ahora que?- piensa Alan mientras lucha por no soltar al joven. El grafitero en desesperación se trata de aferrar como pueda de Alan.
En ese momento de volatilidad Alan nota como las latas de pintura ruedan y caen hacia la carretera como en cámara lenta asimilando la visión en su sueño con el hecho. Las gotas de pintura y el manchon en el piso, el momento cumbre de esta interminable historia y sabía lo que venía, no necesitaba ver el camión a toda velocidad para saber que estaría ahí y que todo terminaría. Toda la línea de sucesos llegaría al final conocido por el, un final que debía cambiar.